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LOS HOMBRES SON MÁS PROPENSOS A LA VIGOREXIA

  • Trastorno implica una adicción a la actividad física y a la ingesta compulsiva de alimentos.
  • Se asocia principalmente a varones entre los 17 y los 35 años.
  • Ocasiona lesiones musculares y desgaste de articulaciones.

Foto Comunicado 486Baja California.- La vigorexia es un trastorno grave que implica una adicción a la actividad física; los vigoréxicos, suelen realizar ejercicio excesivamente a fin de lograr un desarrollo muscular mayor de lo normal, de lo contrario tienen la sensación de debilidad, explicó Rey Antonio Cabrera, psicólogo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Adscrito al Hospital General de Zona (HGZ) número 31 del IMSS, Cabrera expresó que a esta exigencia física se suma la distorsión en la alimentación que se presenta en una dieta poco equilibrada, en la que la cantidad de proteínas y carbohidratos consumidos es excesiva, así como el abuso de esteroides y anabólicos con el fin de aumentar la masa muscular.

“Un vigoréxico es adicto a desarrollar masa muscular; puede llegar a ingerir más de 4 mil 500 calorías al día, cuando lo normal para un varón serían 2 mil 500 aproximadamente. También pueden presentar alteraciones metabólicas provocadas por el consumo de esteroides, esto los lleva a cambios repentinos en su físico y en el humor”, indicó.

Precisó que éste síndrome puede ocasionar afectaciones como problemas óseos, daños musculares, desgaste de articulaciones, convulsiones, mareos, dolores de cabeza y taquicardias; asilamiento social, baja autoestima y depresión; esto debido a la extrema actividad y a la ingesta compulsiva.

Asimismo, agregó que la vigorexia también conocida como dismorfia muscular o anorexia inversa, se relaciona con el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), ya que las personas que la padecen constantemente se obsesionan con sus imperfecciones y distorsionan su percepción de sí mismas.

Rey Antonio comentó que se trata de padecimiento relativamente nuevo y no existen estadísticas precisas. Sin embargo, las estimaciones internacionales han comprobado que 95 por ciento de los pacientes que presentan el trastorno son varones entre 17 y 35 años de edad.

Advirtió que se trata de una afección que puede cronificarse y dar lugar a síndromes más complejos, de manera que ya no se podría hablar de recuperación, sino más bien de control del trastorno y de evitar las recaídas.

Finalmente, explicó que para este padecimiento, el Instituto ofrece un tratamiento integral por medio de psicoterapia y antidepresivos. La terapia funciona para mejorar la confianza y seguridad del paciente, mientras que los medicamentos estabilizan sustancias del cerebro indispensables en el funcionamiento de las emociones y, de ser necesario, se proporciona ayuda con expertos en nutrición.